Aspectos destacados para proveedores: Abordar el racismo estructural en cuidado de maternidad
Por: Dra. Susan Beane, directora médica ejecutiva de Healthfirst y Dra. Wendy Wilcox, directora de salud de la mujer de New York City Health + Hospitals
En el estado de Nueva York, las pacientes embarazadas de color son cinco veces más proclives a morir durante el embarazo o el parto que las pacientes embarazadas blancas.
Lo que es incluso más alarmante, el 78% de estas muertes podría haberse evitado.
No es un problema específico de Nueva York, sino que afecta a todo el país. La tasa de mortalidad materna que afecta a las mujeres de color es tres veces más alta en comparación con las mujeres blancas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). De hecho, los CDC establecieron la Semana de la Salud Maternal para las Mujeres de Color,que se celebra todos los años en abril y cuyo objetivo es concientizar sobre las disparidades.
Según los CDC, cuatro factores clave contribuyen a estas disparidades. Cada factor —variaciones en la calidad del cuidado, la presencia de enfermedades crónicas subyacentes, el prejuicio implícito en la práctica de la medicina y el racismo estructural— puede encontrar sus raíces en un sistema médico estadounidense creado sobre la base de la segregación y la discriminación desde 1619.
Hace poco las partes interesadas del cuidado médico han reconocido la enorme necesidad de revertir esta tendencia. Un comentario reciente sobre el impacto del racismo en la salud en The New England Journal of Medicine sugiere que los roles de las comunidades médicas y de salud pública a la hora de eliminar el racismo estructural implica nada menos que "mirarse a sí mismos" para reflejar cómo la industria persiste en las prácticas racistas, cómo daña a los pacientes de color y cómo las intervenciones pueden reducir las brechas injustas en el ámbito de la salud.
El proveedor asociado de Healthfirst, New York City Health + Hospitales, lo hizo recientemente. Aquí, la Dra. Wendy Wilcox, directora de salud pública del sistema de salud pública, comparte algunos detalles del programa Reducción de la mortalidad materna, que se lanzó en 2018.
Las mejoras en el cuidado materno incitan el cambio
Con el apoyo del ayuntamiento, New York City Health + Hospitals lanzó nuestro programa Reducción de la mortalidad materna en 2018. Desde sus comienzos, el programa cumplió con las metas iniciales de mejorar el cumplimiento de las consultas postparto, incrementar la inscripción en WIC y SNAP, y aumentar las remisiones para cuidado dental y salud del comportamiento.
Dos iniciativas sirvieron como pilares del programa. Una es la apertura de laboratorios de simulación en seis centros de cuidado agudo para capacitar al personal de maternidad y postparto en algunas de las principales causas de mortalidad materna, entre ellas, enfermedades cardíacas, hemorragia obstétrica e hipertensión grave durante el embarazo. Fundamentalmente, las simulaciones incluyen maniquíes de color —maniquíes que se asemejan a los pacientes a quienes brindamos nuestros servicios—.
La otra es Maternal Home. Al igual que nuestro hogar médico centrado en los pacientes, que aborda necesidades clínicas, sociales y del comportamiento en la administración de cuidados crónicos, Maternal Home ofrece servicios integrales para pacientes que transitan la maternidad. Desde sus inicios, Maternal Home ha prestado servicios a 1 de cada 6 pacientes embarazadas en todo el sistema de salud, el 75% de ellas son mujeres de color o de origen hispano.
Sentimos un gran orgullo por cómo el programa comenzó a cambiar la actitud de liderazgo de New York City Health + Hospitales. En noviembre de 2020, el sistema cambió nuestra política sobre pruebas toxicológicas para requerir el consentimiento por escrito antes de administrar una prueba de medicamentos a mujeres embarazadas y que atraviesan el período de postparto.
Hicimos este anuncio como avance de una investigación de prácticas de exámenes de detección discriminatorias llevada a cabo por la New York City Commission on Human Rights; prácticas que llevaron a una cantidad desproporcionada de niños de color que fueron dados en adopción y ocasionó una mayor desconfianza de los proveedores médicos. Nuestros líderes reconocieron que el status quo representaba un ejemplo del racismo estructural y que negaba a muchas de nuestras pacientes el cuidado médico que necesitaban.
El primer paso para abordar el racismo estructural en el ámbito de la salud y la medicina es admitir que existe. El siguiente paso es reconocer que no será sencillo solucionarlo, ya que nuestro sistema actual lo ha intentado durante 400 años. Desde ese momento, el liderazgo del sistema de salud debe llevar el mensaje a todos los proveedores que trabajan con pacientes de que están comprometidos con brindar un cuidado más equitativo y con satisfacer las necesidades de pacientes que han sido ignorados durante mucho tiempo.
Es el segundo de una serie de publicaciones que destaca a los socios de Healthfirst que están trabajando para abordar diversas formas de inequidad en la salud para los neoyorquinos a quienes brindamos nuestros servicios conjuntamente. Nuestra primera publicación analizó las iniciativas de Northwell Health para aprovechar los datos clínicos y no clínicos para abordar las desigualdades en el cuidado relacionadas con las vacunas contra el COVID y las necesidades sociales no satisfechas.