Un hombre a quien entrevistan para hablar de salud

Análisis de las inequidades en la salud de los hombres

por Sheryl Markowitz, vicepresidenta sénior, Operaciones clínicas, Healthfirst

En los Estados Unidos, el tercer domingo de junio es el Día del Padre, un tiempo para celebrar a los padres y figuras paternas de nuestras vidas. Pero, en 1994, el Congreso extendió la celebración para designar la semana anterior al Día del Padre como la Semana de la Salud del Hombre, un momento para concientizar acerca de problemas de salud prevenibles entre hombres y niños.

Si analizo atentamente las estadísticas de salud de los hombres, hay unas cuantas cosas que saltan a la vista.

Las enfermedades cardíacas y el cáncer son las principales causas de muerte en hombres en los Estados Unidos. De hecho, de cada 100 hombres en los Estados Unidos, 13 serán diagnosticados con cáncer de próstata en algún momento de sus vidas, y la American Cancer Society estima que habrá unas 34,700 muertes por cáncer de próstata en 2023.

Los CDC además informan que los hombres mueren a tasas más elevadas que las mujeres por COVID-19 y que tienen más riesgo que las mujeres de morir por suicidio, a pesar de que la prevalencia de enfermedades mentales es más baja entre los hombres, según el Instituto Nacional de Salud Mental.

Si buscamos una razón que explique estas inequidades, podríamos encontrar un culpable en la baja tasa de uso del sistema de cuidado médico por parte de los hombres. Según una encuesta reciente, la mayoría de los hombres (65 %) no solo creen que son naturalmente más sanos que otras personas en general sino que, además, el 33 % cree que no necesitan exámenes médicos anuales.

Esto puede deberse a las definiciones de éxito y fuerza que nuestra cultura impone en los hombres. "Hay creencias, normas, actitudes y estereotipos de masculinidad muy arraigados que son muy perjudiciales para la salud de los hombres", según un artículo publicado en The Lancet. Estos estereotipos pueden llevar a los hombres a intentar sobrellevar una enfermedad y evitar acudir a un profesional, o a internalizar emociones que pueden aumentar los índices de consumo de drogas y alcohol.

El acceso al cuidado también es un problema. Los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres de no tener cobertura de seguro, lo que les dificulta acceder al cuidado preventivo y de afecciones agudas que necesitan.

Como industria debemos implementar cambios en el sistema de prestación de servicios, que suele fallarles a los hombres, especialmente los hombres de color. Las siguientes son algunas oportunidades:

1. Ofrece sesiones de terapia grupal a los hombres, para ayudar a abordar el aislamiento social y que puedan descubrir que tienen experiencias compartidas.

2. Difundir información de salud que sea significativa para los hombres, en comunidades en las que pueda despertar interés.

3. Ser creativos a la hora de propiciar el acceso de los hombres a cuidados preventivos, como organizar talleres durante juegos deportivos u ofrecer exámenes de detección y tratamientos en barberías.

Por último, necesitamos materiales para educar a los niños y jóvenes acerca del camino hacia la salud, para que crezcan con mayor bienestar y menos estigmatización acerca de acudir al médico cuando lo necesitan, y sí cuidar su salud por muchos años.